Una cosa que realmente me fascina es poder dar una segunda vida a un objeto cuyo destino era el contenedor de la basura. Ya sea por poder darle otra utilidad diferente a la que tenía o por darle un lavado de cara.
Y esto es lo que ha ocurrido con una vieja silla de escritorio que ya estaba bastante estropeada y que en el último momento se ha salvado de su triste final (bueno, me he pasado de dramática pero me daba penita...)
La tela que he utilizado no es de gran calidad, pero creo que ha quedado muy bien porque es fina y se ha adaptado bien a las diferentes partes de la silla.
El paso a paso es muy sencillo. En el siguiente video explico todo el proceso.
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